El proyecto de la educación basada en competencias nace a partir de las nuevas tecnologías, ya que éstas han generado tal cúmulo de información que la vida entera no nos alcanzaría, no sólo para leerla, sino para al menos hojearla. De aquí que la época que vivimos actualmente haya sido llamada la "edad de la información". El aprendizaje se produce cuando un conocimiento nuevo se integra en los esquemas de conocimiento previos llegando incluso a modificarlos. Para que esto suceda, el alumno tiene que ser capaz de establecer relaciones significativas entre el conocimiento nuevo y los que ya posee.
Desde mi punto vista, de las siete corrientes que Pere Marqués presenta en su artículo, el constructivismo de J. Piaget, el aprendizaje significativo de D.Ausbel y J. Novak, así como, el socio-constructivismo de Vigotski, son congruentes con el enfoque por competencias que se está planteando en la REIMS.
No encuentro que exista una corriente que por sí misma englobe las pretensiones de la formación por competencias; aunque en cierta medida el constructivismo considera varios planteamientos de las otras corrientes, existen algunos aspectos que la complementan. El socio-constructivismo aporta la importancia del aprendizaje colaborativo y el aprendizaje situado; Ausbel la concepción de aprendizaje significativo.
En el enfoque constructivista, enfoque opuesto a la concepción tradicional (conductista), donde aprender significa transformar el conocimiento y se produce a partir de una adaptación y reconstrucción de nuevos esquemas de conocimiento mediante la interacción constante con el medio, implica la experimentación y solución de problemas, mientras que en el enfoque por competencias el estudiante adquiere la capacidad para movilizar saberes en un contexto determinado, en la acción y con eficacia, actúa para resolver una situación determinada.
Por ello, el constructivismo y el enfoque por competencias coinciden en que en la medida de que el individuo construye conocimiento se va construyendo y transformando a sí mismo. Está claro que este nuevo enfoque por competencias trasciende a formar solo individuos para el mundo del trabajo y de la economía, sino que también aprendan a relacionarse con los otros, respeten la diversidad, sepan trabajar en equipo y pretendan transformar la realidad social en la que vive y que tengan un profundo respeto por la naturaleza, incorporando a su estilo de vida la sustentabilidad como fundamento.
Concluyo que el desarrollo de competencias y capacidades supone la adquisición por el alumno de nuevas conductas, pero no puede reducirse a ellas, es perfectamente posible mostrarse capaz de, por ejemplo, resolver un problema a través de medios diferentes, usando conocimientos diferentes y estrategias diferentes, por lo que, si nos interesa que el estudiante aprenda a resolver problemas, no tiene sentido definir nuestros objetivos en forma de una determinada conducta, exactamente la misma para todos. Como docentes surge la inquietud en nuestro saber hacer, incrementando la eficacia en nuestra práctica docente y en este nuevo modelo educativo de la RIEMS, para el desarrollo de competencias, podemos iniciar en dos ejercicios fundamentales: Conocernos a nosotros mismos como personas y conocer a nuestros alumnos.
El aprendizaje y el desarrollo de competencias
¿El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?
Definitivamente no es trivial el aprendizaje. Las concepciones mostradas visualizan que es un proceso complejo, no solo de memorización de información o de extracción de un discurso, si no que requiere de desarrollar pasajes significativos que permitan la adquisición de competencias aplicables en todos los campos, y que éstas den acceso a diferentes canales de acción de la persona que las adquiere. Las nuevas exigencias educativas nos piden evaluar si el aprendizaje está presente, al aplicarlo en la realidad social, no sólo en el mundo del trabajo, ni en el académico, sino en los elementos cotidianos y de ética social.Se requiere de distintos saberes para lograr el aprendizaje, y en este momento sería congruente tomar lo mejor de cada una de las teorías del aprendizaje, dando relevancia a los aspectos que nos lleven a cumplir el objetivo de formar ciudadanos capaces de ser actores activos en el mundo en el que viven, capaces de crear y de reflexionar sobre su paso en la sociedad, con una visión global y una posibilidad de trabajo colaborativo.
El aprendizaje actual no se puede ver solo con algunas preguntas, sino que debe reflejar la dimensión colaborativa y humana, a fin de fomentar el espíritu comunitario en los jóvenes.Para medir el aprendizaje, deberemos tomar en cuenta que tan competente es un estudiante al comprender el mundo, integrarse a él productivamente, y ser partícipe de decisiones que lo lleven a mejorarlo.No sólo se trata de adquirir conocimientos, no se trata solo de aprender, sino como dice la lectura, aprehender, con “h”, apropiarse de las ideas, darles visión y aplicabilidad, y en ese sentido, medirlas.
Pero no debemos perder de vista nunca el “interés”, que cada uno de nuestros jóvenes deben poseer (y nosotros despertar), para lograrlo. Para estar en el camino de la verdadera educación, la que busca desarrollar en el individuo de acuerdo a su etapa de desarrollo, posibilidades de acción propia.
Sonia Isabel